Mat 4:1 Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo.
Mat 4:2 Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, entonces tuvo hambre.
Mat 4:3 Y acercándose el tentador, le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.
Mat 4:4 Pero El respondiendo, dijo: Escrito está: «NO SÓLO DE PAN VIVIRÁ EL HOMBRE, SINO DE TODA PALABRA QUE SALE DE LA BOCA DE DIOS.»
Mat 4:5 Entonces el diablo le llevó a la ciudad santa, y le puso sobre el pináculo del templo,
Mat 4:6 y le dijo: Si eres Hijo de Dios, lánzate abajo, pues escrito está: «A SUS ANGELES TE ENCOMENDARA», y: «EN LAS MANOS TE LLEVARAN, NO SEA QUE TU PIE TROPIECE EN PIEDRA.»
Mat 4:7 Jesús le dijo: También está escrito: «NO TENTARÁS AL SEÑOR TU DIOS.»
Mat 4:8 Otra vez el diablo le llevó a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos,
Mat 4:9 y le dijo: Todo esto te daré, si postrándote me adoras.
Mat 4:10 Entonces Jesús le dijo: ¡Vete, Satanás! Porque escrito está: «AL SEÑOR TU DIOS ADORARAS, Y SOLO A EL SERVIRÁS.»
Mat 4:11 El diablo entonces le dejó; y he aquí, ángeles vinieron y le servían.

 Este tiempo de prueba muestra que Jesús era realmente el Hijo de Dios, capaz de superar a Satanás y sus tentaciones. Una persona no puede demostrar obediencia verdadera si no tiene la oportunidad de ser desobediente.

  • Dios guió a Israel hacia el desierto para afligirlos y probarlos. Quería ver cómo reaccionaban y si estaban dispuestos a obedecerle.

Deu 8:2 Y te acordarás de todo el camino por donde el SEÑOR tu Dios te ha traído por el desierto durante estos cuarenta años, para humillarte, probándote, a fin de saber lo que había en tu corazón, si guardarías o no sus mandamientos.

También nosotros seremos probados. Sabiendo que la prueba vendrá, debiéramos estar alertas y listos para enfrentarla. Hay que tomar en cuenta:

Mat.26:41 : «la carne es débil».

¡Sus convicciones son buenas si resisten bajo presión!

Satanás tentó a Eva en el jardín, y aquí tienta a Jesús en el desierto. Satanás es un ángel caído. Existe de veras, no es simbólico, y constantemente está luchando en contra de los que obedecen y siguen a Dios. Las tentaciones de Satanás son reales. El quiere que hagamos las cosas a su manera o la nuestra, pero no como Dios quiere. Jesús un día va a reinar sobre toda la creación, pero Satanás quería que Jesús se proclamara rey prematuramente. Si Jesús lo hacía, su misión en la tierra, morir por nuestros pecados y darnos la oportunidad de tener vida eterna, se arruinaba.

  • Cuando las tentaciones parecen ser duras, o cuando piense que pueden ser racionalizadas, piense que el diablo podría estar procurando estorbar el propósito de Dios para su vida.

Esta tentación de Satanás sirvió para mostrarnos que Jesús era humano y proporcionó a Jesús la oportunidad de reafirmar el plan de Dios para su ministerio. También nos da un ejemplo a seguir cuando somos tentados. La tentación de Jesús fue importante porque demuestra su ausencia de pecado. Fue tentado y no cedió a la tentación.

Satanás tentó a Jesús, pero Jesús nunca pecó. Podríamos sentirnos sucios después de una tentación; sin embargo, la tentación en sí no es pecado. Pecamos cuando cedemos y desobedecemos a Dios. Recordarlo nos ayudará a mantenernos alejados de la tentación.

Jesús no fue tentado en el templo ni en su bautismo, sino en el desierto; estaba cansado, solitario y hambriento, y por lo tanto muy vulnerable. Satanás, con frecuencia, nos tienta cuando somos vulnerables: cuando estamos cansados, solitarios, enfrentando decisiones importantes o incertidumbre. Pero Satanás gusta también de tentarnos por medio de nuestras virtudes, en el momento en que somos susceptibles al orgullo. Debemos estar en guardia en todo momento contra sus ataques.

Las tentaciones de Satanás se enfocan en tres cosas:

  1. Deseos físicos.
  2. Posesiones y poder.
  3. Orgullo. 
  • Pero Jesús no cedió. Heb4:15-16 dice que Jesús fue tentado como nosotros lo somos, pero que El no cedió ni una vez y no pecó.

Heb 4:15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino uno que ha sido tentado en todo como nosotros , pero sin pecado.
Heb 4:16 Por tanto, acerquémonos con confianza al trono de la gracia para que recibamos misericordia, y hallemos gracia para la ayuda oportuna.

El sabe por experiencia propia lo que estamos experimentando. El desea y tiene todo poder para ayudarnos en nuestras dificultades.

  • «Cuando sea tentado, vuélvase a Él en busca de fortaleza»